Reflexiones después de leer “The Age of Agile”

Stephen Denning escribió en 2018 “The Age of Agile“, libro en el cual plantea la tesis de que nuestras sociedades, después de pasar por varias innovaciones tecnológicas (e.g. canales, trenes, acero, producción, en masa, y telecomunicaciones) se encuentran en el tiempo presente en una era de gran cambio e incertidumbre, condiciones que claman por la necesidad de incorporar la Agilidad como el paradigma dominante dentro de las empresas.

Sin embargo este clamor −que más que un capricho o una corriente de modernidad, es una necesidad− se ve grandemente limitado por la visión tradicional de gestión que tiende a centralizar poder económico y de decisiones en niveles ejecutivos. En la segunda parte de su libro Denning hace un análisis muy profundo acerca del efecto −en general negativo− que ha tenido en la empresas el emitir acciones e incentivar a los ejecutivos para que siempre traten de maximizar el valor de cotización esas acciones.

Continuando con su análisis Denning nos recuerda que el ofrecer acciones a ejecutivos como parte de su compensación, o permitir que las empresas compren y revendan sus propias acciones; en general ha traído consecuencias negativas para las empresas. Desde luego las practicas anteriores han hecho millonarios a varios ejecutivos e inversionistas pero no han contribuido a crear empresas con capacidad de innovación que hagan felices a sus trabajadores y a su entorno.

Agil viene en contraposición pues apunta exactamente a lo contrario, es decir: a crear un ambiente humanizante y gratificante donde los trabajadores puedan innovar a gusto y crear de manera sostenible productos con valor para los cliente finales. Un corolario de lo anterior es que en una empresa que aspira a ser realmente Agil no se necesitan ejecutivos estrella, sino más bien trabajadores capaces y motivados que se autoorganicen en equipos pequeños que creen productos y resuelvan necesidades.

Denning hace también una revision historia para tratar de llegar a los orígenes de la Agilidad como concepto. Según él fue Helmuth von Moltke, un general prusiano que en el siglo XIX, quien introdujo la adaptabilidad y los equipos pequeños como parte de la doctrina militar que aplicaba con sus tropas. Von Moltke fue un innovador para su tiempo pues desafió la noción común de su época que planteaba que los generales mandaban y los soldados solamente obedecían.

Denning plantea casi al final de su libro que para que las empresas realmente se puedan agilizar, el cambio debe ocurrir en diferentes instancias, a saber:

  • Los gerentes deben percibir que un nuevo tipo de management es necesario y estar dispuestos de corazón a entenderlo, adoptarlo y practicarlo.
  • Las juntas directivas de las empresas deben entender que las empresas no existen solamente para incrementar el valor de las acciones, y que por el contrario existen para crear valor y ocuparse de la gente.
  • Los gerentes financieros deben dejar de pensar que enviar trabajo a países con salarios más baratos realmente ayuda a reducir costos.
  • El sector financiero debe dejar de incentivar prácticas que se enfoquen solamente en obtener lucro temporal a cualquier costo.
  • Los organismos reguladores deben sancionar comportamientos de empresas que pretenden mostrar a cualquier costo que el precio de sus acciones sube pero en desmedro de la innovación, la capacidad creativa y la motivación de sus empleados.
  • Las agencias calificadoras deben dejar de tomar el precio por acción como el indicador definitivo que separa a las empresas pseudo exitosas de las demás.
  • Los inversionistas deben dejar de pensar que al comprar acciones se convierten en dueños de una empresa y por tanto tienen derecho a extraer lucro sin importar las consecuencias a largo plazo.
  • Los politicos debe trazar políticas más coherentes que tiendan a favorecer empresas que creen ecosistemas de innovación y bienestar.
  • Las escuelas de negocio deben dejar de enseñar teorías de administración que no condicen con los tiempos actuales.
  • La prensa debe dejar de presentar como héroes a los ejecutivos que ganan millones en empresas donde los demás empleados ganan muchísimo menos.
  • Y finalmente, los lideres intelectuales deben pensar y seguir explorando hacia donde nos llevara la Agilidad en los próximos anos.

Todos los cambios de la lista anterior pueden sonar drásticos y en verdad si lo son, mas no son utópicos y por el contrario se hacen necesarios. Denning al final del libro nos dejó un pensamiento alentador de Margaret Mead quien dijo: “Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos reflexivos y comprometidos puede cambiar el mundo. De hecho, es lo único que lo ha hecho”.

Lo que me dejo el leer “Behind Closed Doors”

Johanna Rothman y Esther Derby escribieron el 2005 el libro “Behind Closed Doors: Secrets of Great Management” que fue uno de los primeros libros que trató de abordar cuál seria el rol y las competencias de un manager dentro de un entorno ágil.

Desde mi humilde perspectiva el libro tiene algunas concepciones que contraponen a la agilidad, la mas notoria es que trata de perpetuar el rol del manager tradicional pero ahora en una version ágil.

La contraposición se produce además porque hace más efectivo el rol del manager sin empoderar totalmente al equipo ni tomar el coaching como una herramienta fundamental de autodesarrollo del equipo mismo.

Sin embargo creo que aquellos quienes se encuentran actualmente en el rol de managers encontraran algunas técnicas y herramientas valiosas. Como las autoras mencionan en su libro típicamente las organizaciones promueven a sus mejores técnicos a posiciones de management sin proveer entrenamiento alguno, lo anterior produce un efecto negativo pues el conocimiento no es pasado al nuevo manager a través de mentoría ni entrenamiento guiado.

Algunas de los puntos principales que rescato del libro vienen a continuación:

Parece un consejo básico pero valedero, el ofrecer ayuda sin poder realmente brindarla acaba sonando a sarcasmo.

Este ultimo párrafo en la fotografía detonó en mi otro pensamiento: un manager que sólo hace tareas de management no esta en capacidad de ofrecer ayuda con temas técnicos.

Muchos dirían que para los temas técnicos tenemos el rol de Technical Lead, ¿pero qué pasara cuando esa persona que es Technical Lead quiera ganar más dinero? ¿Deberá buscar una promoción a manager?

Si la respuesta a la ultima pregunta es sí entonces el mensaje que la organización esta mandando es que la carrera de management paga más y es más valorada que la técnica. Lo malo de eso es que el código limpio no se hace con mejor management.

Manager que fuerzan el trabajo en múltiples frentes al final producen desenfoque y baja productividad.

Un buen manager, o cualquier persona que simplemente leyó acerca de neurociencias, debería saber que el cerebro humano no fue diseñado para hacer efectivamente tareas cognitivas en multitasking.

Por tanto es management by wishful thinking pensar que la gente de un equipo podrá hacer bien muchas cosas al mismo tiempo (aunque se ofrezcan incentivos y se compren pizzas).

Otro ejemplo de management by wishful thinking es pensar qué despidiendo a sólo una persona problemas de amplitud sistémica se acabaran resolviendo.

El corolario de la anterior frase también es cierto: contratar a una sola persona con la ilusión de que arregle ella sóla todos los problemas de una organización es wishful thinking.

Pensar qué una colección de personas que se conocieron recientemente son un equipo es otra forma de wishful thinking.

La gente, a diferencia de los recursos, necesita tiempo para aprender juntos, equivocarse juntos y crear ese espíritu de equipo del cual tanto hablan los libros. Conformar un equipo no algo que simplemente ocurre, es el resultado de una conjunción de factores que a veces se dan y a veces no.

Un manager que piensa que hacer staffing de recursos es lo mismo que construir equipos una vez mas estará haciendo management by wishful thinking.

En conclusion puedo decir que valió la pena leer el libro, tengo mis desacuerdos pero me sirvió para identificar mas formas de management by wishful thinking. Mi sugerencia es que los manager lo lean con ojos receptivos pero críticos porque al final el punto de un libro es siempre hacer que uno piense.